El Ilusionista siempre ve su vida
a través de los ojos de los demás,
siendo así, el adornar su realidad
mediante sencillas y elegantes palabras,
su mayor habilidad.
Creador de creyentes,
teme más al qué dirán, que
a la resolución de sus propios versos.
Siempre recitando poemas,
acerca de una vida perfecta,
de la cual es el dueño.
Cada una de sus ilusiones
comienzan con el primero
de los nombres citados en su
bitácora de vida. Y terminan
cuando su ser es agobiado
por la sinceridad silenciosa de
la soledad, Y es ahí cuando
su chamuyo es guardado en
su pequeña bolsa de acertijos.
La cual con el tiempo acaba por
convertirs